Para las víctimas de asalto sexual el insomnio y las pesadillas, son quejas de frecuente motivo de consulta, aunque muchas veces estos síntomas no se tienen en cuenta para el diagnóstico y su tratamiento adecuado. Es bien conocida la relación existente entre el insomnio y el TEPT (trastorno de estrés postraumático) que es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático; y se ha demostrado como las situaciones violentas, entre otras, las sufridas por ataques o agresiones contra la integridad y la libertad sexual contribuyen a la aparición de alteraciones del sueño.
La Fundación Nacional para la Ciencia recomienda dormir al menos de 7 a 9 horas por noche, pero en realidad esto se debe de adaptar a sus necesidades individuales.